por BEATRICE BARDELLI – Después de Viena y Berlín, a París para crear una Cátedra UNESCO de Plantas Medicinales.
Ha regresado a Italia con un paquete de ambiciosos objetivos a alcanzar también en Europa el doctor Rodolfo Arencibia, presidente del Grupo Técnico Nacional de Plantas Medicinales de ACTAF (Asociación de Técnicos Agropecuarios y Forestales de Cuba) y director del proyecto multisectorial denominado ECTI-Sierra Maestra (Entidad Científica, Tecnológica e Investigaciones) que lleva más de treinta años involucrada en la investigación y desarrollo de la medicina verde en Cuba, sector de la medicina que ha sido declarado objetivo estratégico por la propia Organización Mundial de la Salud en su programa 2014-2023 y que ve en el doctor Arencibia un pionero de excelencia por haber logrado materializar su proyecto conocido como “Flora.
La Botica de la Abuela” de la que es director general. Tras una serie de visitas de trabajo a Viena, Berlín y a la sede de la Unesco en París para apoyar la propuesta de crear en Cuba, en la Universidad de La Habana, una Cátedra Unesco de Plantas Medicinales, la tercera después de las universidades italianas de Génova y Salerno, el dr. Arencibia volvió a Roma para presentar su proyecto en la prestigiosa sede del IILA (Instituto Italiano-Latinoamericano), el organismo intergubernamental establecido en 1966 por el entonces Ministro de Relaciones Exteriores, Amintore Fanfani, quien concibió el IILA como una herramienta para estimular y fortalecer las relaciones entre Italia (Europa) y América Latina. En la conferencia del dr. Arencibia intervinieron numerosos oradores comenzando por la Secretaria General del IILA, Antonella Cavallari, la embajadora de Cuba en Roma, Mirta Granda Averhoff, el embajador de Cuba ante la Santa Sede, René Juan Mujica Cantelar, el Secretario Técnico científico del IILA, Tatiana Ribeiro Viana, por el dr. Danis Raidel Zumaquero Rodríguez, III secretario científico y académico de la embajada de Cuba en Italia, por una nutrida representación del personal diplomático latinoamericano, por el profesor Luca Rastrelli de la Universidad de Salerno y por la profesora Lucia Guidi de la Universidad de Pisa (dos universidades líderes en el mundo de los productos naturales, nota del editor), por la dra. Tania Re de la Universidad de Génova, promotora y coordinadora de las Cátedras UNESCO de Plantas Medicinales, por investigadores y por miembros de la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba así como ciudadanos de la isla caribeña actualmente en Italia. El vivo interés que suscitó en Italia el avance de las investigaciones sobre productos Bio-Naturales realizadas durante años por el Dr. Arencibia en Cuba, se vio alimentado por una noticia muy reciente.
Una Cátedra UNESCO en Cuba
La Universidad de La Habana fue elegida, de hecho, como sede de la tercera Cátedra UNESCO de Plantas Medicinales en el mundo tras las universidades italianas de Génova (2017) y Salerno (2021). Lo informó el doctor Arencibia recordando que, en septiembre de 2019, durante el Congreso Italo-Latinoamericano de Etnomedicina, la doctora Tania Re valoró el notable nivel alcanzado por esta milenaria ciencia cubana por su organización y por sus perspectivas de salvaguardia, desarrollo científico y constante innovación. Fue entonces cuando la doctora Re encargó al Dr. Rodolfo Arencibia Figuieroa la creación de una Cátedra UNESCO en Cuba para la protección de la biodiversidad a través del desarrollo sostenible.
Considerando la experiencia de varias décadas sobre productos naturales y, específicamente, sobre plantas medicinales del Centro de Estudios de Productos Naturales (CEPN) de la Universidad de La Habana, se propuso la creación de la Cátedra Unesco en Cuba, la cual fue presentada en marzo 2023 y aprobada el 11 de abril por la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, y el 17 de abril por la Rectora de la Universidad de La Habana, Mirian Nicado, quien se ha comprometido a mantener activa y apoyar el desarrollo de esta cátedra. “Este es un importante reconocimiento al esfuerzo y trabajo realizado durante los últimos 30 años para redimir y apoyar el desarrollo de esta ciencia milenaria con Ciencia, Tecnología e Innovación a partir de la Tradición – comentó Arencibia.
Objetivos fundamentales de la Cátedra UNESCO son: 1) el aumento del conocimiento de las propiedades curativas de las plantas medicinales y alimenticias tanto para los profesionales del sector como para los usuarios finales; 2) la conservación y amplia difusión de los aspectos socioculturales de la medicina tradicional a través de todos los canales de información, sitios web y redes sociales; 3) la promoción del uso sostenible de los recursos naturales mediante *la prevención de la pérdida de la biodiversidad y la extinción de especies amenazadas *la protección de los ecosistemas mediante el uso racional de los recursos naturales teniendo en cuenta la contribución de las reservas de biosfera de la Unesco de otros sitios designados; 4) la motivación e implicación del sector privado como apuesta por la sostenibilidad; 5) el desarrollo de una economía sostenible a través de la recuperación, reconocimiento y fortalecimiento de los conocimientos tradicionales del área centroamericana; 6) cooperación estrecha con la UNESCO, con las otras Cátedras UNESCO y con las redes UNITWIN (desde 1992 han estado promoviendo la colaboración interuniversitaria internacional y la creación de redes para relanzar las capacidades institucionales a través del intercambio de conocimientos y el trabajo colaborativo, nota del editor) en programas y actividades pertinentes.
La Botica de la Abuela
“No se trata de ser mejores en lo que hacemos, sino de ser diferentes”, comentó el dr. Arencibia al presentar el proyecto “Flora. La Botica de la Abuela” o sea “El desarrollo de productos bionaturales en Cuba con Ciencia, Tecnología e Innovación, a partir de la Tradición”.
Arencibia en primer lugar agradeció al IILA por el apoyo incondicional y la colaboración continua que facilitó los intercambios y la participación en eventos internacionales así como la visibilidad que le dio a través de 5 presentaciones oficiales desde 2000 hasta 2019 en la prestigiosa sede romana de via Paisiello. Por su parte, la secretaria general, Antonella Cavallari, subrayó la importancia del trabajo realizado en Cuba por el doctor Arencibia y reiteró la disposición del IILA de promover los intercambios con las entidades italianas con las que Arencibia colabora desde hace algún tiempo.
A lo largo de los años, en efecto, gracias también al legado de la actividad de SILAE, la Sociedad Italo-Latinoamericana de Etnomedicina, la ACTAF (Asociación Cubana de Técnicos Agropecuarios y Forestales), de la que Arencibia forma parte, ha establecido colaboraciones en Italia con las Universidades de Pisa, Salerno, Roma y grupos de investigación como el de la empresa Aboca de Sansepolcro (Arezzo), especializada en productos naturales y biodegradables para la salud de las personas, respetando el organismo y el medio ambiente, poniendo en marcha también estudios clínicos sobre plantas herbáceas de la medicina tradicional cubana para demostrar, con evidencia científica, las propiedades curativas de estos productos naturales.
“Desde el año 2000 hemos establecido relaciones con la Universidad de Salerno – informó Arencibia – , una de las primeras universidades del mundo que inició estudios sobre plantas medicinales también gracias al compromiso del prof. Luca Rastrelli del Departamento de Ciencias Farmacéuticas que apoya la investigación científica entre Cuba, los países de América Latina e Italia gracias a la Asociación Italo-Latinoamericana de Etnomedicina (SILAE). A lo largo de los años, la investigación se ha ampliado con las universidades de Pisa, Roma y ahora queremos hacer algo concreto con la Universidad de Calabria”.
Un proyecto revolucionario
El desarrollo de la Medicina Verde en Cuba se basa actualmente en la investigación focalizada de los principios activos de aquellas plantas medicinales de las que la Isla es muy rica (existen unas 7.000 de las cuales 2.000 son de uso común por la población), consideradas estratégicas para determinar el mejoramiento del estado de salud y por lo tanto de la calidad de vida de la población.
Pero la idea verdaderamente revolucionaria de desarrollar este particular sector vino del Comandante Fidel Castro quien en la década de 1960, luego de la Revolución, quiso crear el primer centro de investigación y desarrollo fitoterapéutico donde se estudiaron alrededor de cien plantas desde el punto de vista de la punto de vista biológico y químico pero no desde el punto de vista clínico.
Más tarde, a principios de los noventa, con el fin de las ayudas enviadas desde la antigua Unión Soviética y el control cada vez más feroz del bloqueo estadounidense, fue el General de Ejército, Raùl Castro Ruz, quien apoyó y continuó ese proyecto inicial al pronunciarse dos frases históricas que hoy se han convertido en imprescindibles en Cuba: “La medicina verde vino para detenerse” y “La medicina verde no es una necesidad de la pobreza sino una opción de la riqueza”. Esta última frase fue presenciada por el propio doctor Arencibia, en ese momento un médico militar ya muy interesado en el tema. Una frase que desencadenó una personal “idea revolucionaria” en Arencibia: la idea de Flora, la ex farmacéutica de su abuela. Arencibia sabía muy bien que en Cuba existían fincas de plantas medicinales tanto en las provincias como en los municipios, pertenecientes al Ministerio de la Agricultura (MINAGRI) y otras instituciones, donde se producían materias primas que el Ministerio de Salud Pública ( MINSAP) no utilizaba y que quedaban como residuo de la producción.
Un proyecto realizado
Fue en 2018 que Arencibia, médico con un master en Medicina Natural Tradicional y tres libros publicados sobre el tema, tomó la decisión de crear en Punta Brava – en el municipio de La Lisa, al oeste de la capital – un pequeño laboratorio para el procesamiento de las plantas medicinales, con garantía de calidad, utilizando materias primas recolectadas por el Ministerio de Agricultura, a nivel de molienda, todas aprobadas por el Ministerio de Salud Pública y basadas en evidencia científica, además de un espacio de venta donde es posible ofrecer a la población mezclas de algunas de estas plantas con sus respectivas indicaciones.
Durante la conferencia en el IILA, Arencibia detalló la distribución de fincas de plantas medicinales presentes en territorio cubano. “Cuba está dividida en 16 Provincias y 169 Municipios. Generalmente en cada municipio existe una finca de plantas medicinales de unas 5 hectáreas, en promedio, y un laboratorio que conforman los centros de producción locales. A veces los municipios pequeños se unen a los municipios más grandes – explicó Arencibia -. En las 16 provincias cubanas existen 198 fincas de plantas medicinales distribuidas en una superficie de casi 405 hectáreas que van desde las 32 presentes en la Provincia de La Habana, de poco más de 28 hectáreas, hasta la única presente en la Provincia de Mayabeque de 15 hectáreas. Cada Provincia tiene un laboratorio provincial.
En los laboratorios se preparan diferentes mezclas, tanto para problemas digestivos, respiratorios, circulatorios, renales, menopáusicos y de andropausia, en la práctica tenemos cubiertos casi todos los problemas de salud”. Actualmente hay unas 60 plantas medicinales estudiadas, secadas y confeccionadas (en dosis farmacológicas de 20 g. o en sobres para infusión de 3 a 20 gr. con minidosis de miel) para ser vendidos (incluso solo la materia prima al por mayor de 1 a 20 kilos) en la oficina principal de “La Botica” en Punta Brava y en el otro punto de venta en La Lisa 160 y 51, en las principales farmacias municipales de La Habana y en las tres farmacias patrimoniales de La Habana Vieja, Johnson, Sarrà y Taquechel, un conjunto de obras históricas de la farmacopea cubana que albergan singulares y raras colecciones centenarias conservadas por la Oficina del Historiador de La Habana Vieja.
Patrimonio histórico, recordó Arencibia, que se enriquece en Cuba con el Museo de Plantas Medicinales del divulgador Enrique Otero Gallego en Cienfuegos y con la Farmacia Francesa del Doctor Triolet en Matanzas, única farmacia francesa de fines del siglo XIX que fue conservado en todo el mundo. Para difundir el conocimiento de la eficacia y seguridad de los productos naturales de “La Botica”, la Agencia Cubana de Noticias ha decidido organizar un programa semanal, “La abuela Flora recomienda”, donde el dr.
Arencibia presenta cada vez un producto saludable, explica los beneficios de las plantas medicinales utilizadas, la mejor forma de tomarlo en infusión o en decocción y indica dónde se vende. Entre las plantas más utilizadas en la Botica, Arencibia ha enumerado la pasiflora, el tilo, la caléndula, el eneldo, las semillas de calabaza, la albahaca tanto blanca como morada, el anamú, la hierba de limón, el ajo, la manzanilla, la cúrcuma, la cáscara de naranja. “Hay tantas plantas medicinales –subrayó Arencibia – . De esta enorme variedad, alrededor del 80-90%, son comunes a diferentes zonas del mundo y es muy común encontrarlas tanto en Italia como, por ejemplo, en gran parte de América Latina. La tarea de nuestra investigación, que es la base de la investigación científica que hacemos, es entender cuáles son las más seguras y cómo usarlas”.
Objetivos del proyecto
Arencibia luego ilustró los principales objetivos de su proyecto “Flora. La Botica de la Abuela”. En primer lugar, la implementación de nuevos procesos tecnológicos en los centros de producción que puedan preservar el potencial curativo de los principios activos contenidos en los mismos. En este sentido, ilustró cuánto se pueden potenciar o NO los principios activos de algunas plantas medicinales en función de si el secado se realiza de forma tradicional o con la tecnología de secado solar de CONA, la empresa austriaca con la que colabora Arencibia durante años, y cuánto más o menos efectivos pueden ser según se utilicen las flores o las hojas. Por ejemplo, en la caléndula que se utiliza para solucionar problemas de circulación: en las flores secadas de forma tradicional se encontraron pocos fenoles, mientras que en las secadas con tecnología CONA se encontraron fenoles en abundancia. Fenoles (tienen una fuerte acción antioxidante o tienen la capacidad de bloquear los radicales libres dañinos que se forman en el cuerpo, nota del editor) que se han encontrado, por ejemplo, también en las hojas de limoncillo, utilizadas para problemas digestivos, secadas con tecnología CONA mientras estaban completamente ausentes en las hojas secadas con el método tradicional.
Otros objetivos importantes del proyecto que pretende desarrollar una cadena productiva nacional cubana, explicó Arencibia, son el fortalecimiento de la formación de los recursos humanos empleados en el sector y la formación, o fortalecimiento, donde ya existan, de laboratorios provinciales para la transformación de plantas medicinales vinculados a empresas de producción ecológica.
De hecho, Arencibia explicó, “Flora. La Botica de la Abuela” forma parte de un proyecto en marcha como una nueva forma de gestión económica en Cuba por parte de una cooperativa de productos naturales. El objetivo principal es la puesta en valor del trabajo de los que tradicionalmente se denominan yerberos o vendedores de plantas medicinales que forman parte de una milenaria tradición cubana que deriva de los Indios indígenas, luego integrada por los Españoles, Europeos, Africanos, Japoneses y otras culturas. que a lo largo de los años han enriquecido la medicina verde en Cuba.“Cuba ha mantenido una tradición pero ha desarrollado una ciencia basada en evidencias científicas comprobadas que permite, a través de la venta de plantas medicinales frescas y secadas, aplicar la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Es lo que ha hecho y está haciendo “Flora” – subrayó el doctor Arencibia – , un proyecto de desarrollo local que cuenta con dos laboratorios de producción, varios puntos de venta en la isla, un museo histórico de plantas medicinales que lleva el nombre de Valentino Mercati, fundador y presidente de la empresa italiana Aboca, un ambiente para degustar tisanas y una línea de productos medicinales, alimenticios y cosméticos”.
Las Instituciones
Existen numerosas instituciones que controlan y apoyan la producción de plantas medicinales en Cuba. De ello habló el dr. Arencibia en su conferencia en el IILA. Además del Minsap (Departamento de Medicina Natural y Tradicional del Ministerio de Salud Pública) existen Infomed – red de Salud de Cuba (el Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas), instituciones agropecuarias que trabajan en el estudio sistémico de la producción de especias medicinales como ACTAF, el IDICT (Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología), el Cenecec (Centro Coordinador Nacional de Ensayos Clínicos) el cual debe demostrar la evidencia científica que hoy atañe a la credibilidad de los productos naturales.
“Se completaron 163 ensayos clínicos (fases 1-4) según los tipos de producto de 1992 a 2020 y se elaboró un sistema de farmacovigilancia capilar del Minsap – recordó Arencibia – desde la Unidad nacional hasta la provincial, hasta el personal sanitario, los técnicos de salud y estudiantes en hospitales, farmacias y centros de salud. Por su parte, el CNIC (Centro Nacional de Investigaciones Científicas), fundado el 1 de julio de 1965, ha concedido 131 patentes y comercializa con nueve países: China, Australia, Corea del Sur, Venezuela, Vietnam, Serbia, Eslovaquia, Hong Kong y Macao. Estamos dispuestos a compartir nuestro Know How con quienes, como nosotros, interpretan las propiedades de las sustancias naturales en un contexto de innovación e investigación – reiteró Arencibia, al informar que existe una Institución de Ciencia, Tecnología e Innovación en la Sierra Maestra.
Disponibilidad de Cuba
“Cuba está disponible incondicionalmente para intercambiar y colaborar con todos aquellos que estén interesados en el desarrollo de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación de los productos bionaturales a partir de la Tradición – reiteró el dr. Arencibia al concluir su intervención – . Las plantas naturales pertenecen al futuro de la Ciencia”. Y para subrayar este “principio”, Arencibia ha anunciado la propuesta de una tesis doctoral financiada por la Universidad de La Habana con la colaboración y financiación del Grupo Aboca de Sansepolcro (Arezzo-Italia) y de “Flora. Botica de La Abuela” en Cuba y en colaboración con las dos principales universidades italianas de Salerno y Pisa, y con la empresa austriaca Cona Solar.
Los tutores responsables serán las doctoras Yanile Cool e Iraida Spengler, de Cuba, mientras que los tutores italianos serán el profesor Luca Rastrelli de la Universidad de Salerno y la profesora Lucia Guidi de la Universidad de Pisa (colaborador el doctor Alberto I. Hernández Rodríguez).
Desde febrero de 2023 hasta julio de 2025 se realizará una estancia de tres meses en Italia, dos veces al año, y tres meses alternos en Cuba para recolectar los ejemplares de las especies y estudiarlos tanto en la Universidad de La Habana como en las Universidades de Salerno y Pisa. “Usted recibirá asesoramiento y apoyo de Aboca en la medida de las posibilidades, necesidades e intereses del Grupo Aboca – concluyó el dr. Arencibia.
La versione in italiano

Beatrice Bardelli, giornalista, vive a Pisa dove si è laureata alla Facoltà di Lettere in Lingua e Letteratura tedesca (indirizzo europeo). Iscritta all’O.d.g. della Toscana dal 1985, ha collaborato con numerose testate tra le quali Il Tirreno, Paese Sera, Il Secolo XIX, La Nazione e L’Unione Sarda. Si è occupata di cultura, spettacoli – teatro e cinema, ambiente, politica, società e salute. Dal 2000 attivamente impegnata nelle lotte dei vari movimenti e comitati a difesa dell’ambiente e della salute, dell’acqua pubblica e contro il nucleare, collabora con la Rete per la Costituzione.